El dios Jano en Brasil
por Julio Loredo
TFP Italia
Leyendo la noticia sobre los resultados de las elecciones generales realizadas en Brasil el pasado domingo, me vino a la mente la imagen de Jano Bifronte, el dios de las dos caras.
Impulsada por Jair Bolsonaro, la derecha ganó en todos los niveles. El presidente logró elegir el 80% de sus candidatos al Senado y el 70% a la Cámara. La derecha ahora tiene una mayoría de 194 diputados, contra solo 122 de la izquierda. En el Senado, la derecha tiene una mayoría de trece senadores. El Parlamento que salió de las urnas es quizás el más alineado a la derecha en la historia republicana de Brasil. La derecha también anduvo a velas desplegadas en las elecciones regionales, eligiendo al 60% de sus candidatos en la primera vuelta. De los doce estados que pasaron al balotaje, se estima que la derecha se llevará al menos ocho.
El Partido Liberal de Bolsonaro se ha convertido en el primer partido a nivel nacional, al punto que algunos comentaristas hablan de un «riesgo de hegemonía» [1].
Sin embargo, Bolsonaro terminó a cuatro puntos de su rival Lula y tendrá que ir al balotaje por la presidencia… El caso del estado de Minas Gerais es indicativo. El candidato de la derecha a la presidencia regional, Romeu Zema, ganó holgadamente en primera vuelta con el 56,18% de los votos, dejando al de izquierda con un exiguo 35,08%. Sin embargo, aquí Bolsonaro perdió ante Lula por una diferencia del 5%. La situación es similar en todas partes: triunfo holgado de la derecha, derrota de Bolsonaro. ¿Cómo así?
Una primera respuesta es la campaña surrealista desatada en su contra, encabezada nada menos que por el presidente del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien se define como “verdaderamente revolucionario y comunista” [2]. Con una serie de decisiones monocráticas, él desmanteló la red de propaganda que apoyaba a Bolsonaro. Uno tras otro, los canales de YouTube, estaciones de radio, páginas de redes sociales, blogs, sitios de Internet, etc., que sostenían a Bolsonaro fueron cerrados y los responsables encarcelados. Muchas cuentas de Twitter, Instagram, TikTok, etc. los probolsonaristas fueron suspendidas. De Moraes incluso ha llegado a cerrar las operaciones en Brasil de la plataforma de mensajería Telegram, una de las favoritas de los conservadores. No satisfecho, el Magistrado llegó a ordenar a la Policía Federal allanar las oficinas y domicilios de los simpatizantes de Bolsonaro durante la noche, confiscando sus equipos electrónicos y secuestrando sus archivos. Algunos tuvieron que huir al extranjero.
También comienzan a surgir pruebas de fraude. En una circunscripción del estado de Rio Grande do Sul, por ejemplo, todas las máquinas dieron 129 votos a Bolsonaro. Ciento veintinueve: ni uno más, ni uno menos. En algunos municipios, votaron hasta los muertos. Existe el temor a la posibilidad de que algún hacker haya logrado manipular el sistema. No es difícil realizar este tipo de fraude, dado el sistema de voto electrónico. El 17 de julio pasado, Bolsonaro reunió a unos cuarenta embajadores en el Palacio Presidencial para presentar pruebas de la ineficacia del sistema de seguridad de las urnas electrónicas. La evidencia estaba contenida en una investigación de la Policía Federal sobre una denuncia de que un hacker había logrado acceder a los sistemas virtuales del Tribunal Supremo Electoral.
Sea como fuere, tal resultado ha desplazado a la izquierda. Sobre todo, porque, hasta unos días antes, las encuestas daban que la derecha perdería en todos los ámbitos. “Superar el bolsonarismo está resultando una tarea mucho más difícil de lo que pensábamos”, se queja El País, “la izquierda brasileña todavía no entiende la fuerza del bolsonarismo. El bolsonarismo se arraigó, llegó para quedarse, representa a millones de brasileños. Las elecciones golpearon a la izquierda en la cara” [3].
El conocido diario español de izquierdas cierra con una gran verdad que, creo, explica perfectamente la situación: «El bolsonarismo es mucho más grande que Bolsonaro». Podemos hacer el mismo comentario sobre Brasil que hicimos la semana pasada con respecto a las recientes elecciones en Italia. En política no se trata tanto de quién es el candidato como de lo que representa. Por muy valiosos que sean los dones personales de un líder político, un analista está más interesado en comprender en qué movimiento de la opinión pública se está montando.
¿Qué representa Bolsonaro?
Durante años, Brasil ha tenido gobiernos moderados, que oscilaron entre el centro-derecha y el centro-izquierda. La victoria en 2003 de Luis Inácio da Silva, alias Lula, cambió las cartas sobre la mesa. Lula y su partido, el PT, pertenecen a la extrema izquierda marxista. Su programa de gobierno es simple: transformar Brasil en una segunda Cuba. Este giro radical hacia el comunismo, con la necesaria consecuencia de corrupción y clientelismo, ha terminado provocando un movimiento popular de descontento que se tradujo en protestas contra el gobierno que, poco a poco, se convirtieron en un rechazo a la ideología subyacente: el marxismo. Estas manifestaciones adquirieron gradualmente contornos ideológicos hasta formar una ola anticomunista y antisocialista. “¡Nuestra bandera es verde, no roja!”; “¡Brasil nunca será comunista!”; “¡Todos los comunistas a Cuba!”, son algunas de las consignas.
Este cambio profundo en la opinión pública – ahora objeto de estudios académicos y análisis sociológicos – es la verdadera clave para entender lo que está pasando en Brasil hoy. Es impresionante que tantos medios europeos sigan tratando la situación brasileña como el resultado de una especie de conspiración «populista», fingiendo no darse cuenta de este cambio. Y luego se quejan cuando les va mal…
Muchos se enfocan en el presidente Jair Bolsonaro y su peculiar personalidad, descuidando este punto esencial. Bolsonaro es solo la punta del iceberg de un fenómeno mucho más profundo. Empiezan a surgir estudios – como el de Fabio Baldaia y Tiago Medeiros Araújo, del Instituto Federal da Bahía [4] – que muestran cómo el «bolsonarismo» atrae al Brasil profundo, cada vez más alejado de la izquierda.
Por otro lado, cada vez más analistas coinciden en atribuir el origen de este fenómeno a la acción de muchos decenios de Plinio Corrêa de Oliveira y la TFP.
Cierro con un comentario que no es para nada secundario. Las elecciones del pasado domingo también marcaron el final de los moderados. “La polarización marca la pauta para las elecciones de 2022 y Bolsonaro es el gran ganador”, titula InfoMoney, el sitio de finanzas más importante de Brasil [5]. Luego de analizar los resultados en detalle, el sitio concluye: “Como podemos ver, Brasil profundizó su polarización y eliminó el centro político. Bolsonaro cierra la velada como un gran ganador y favorito para la reelección, aunque nunca se puede subestimar a Lula como oponente”.
Brasil es mucho más grande que las crisis que lo afecta. A lo largo de su historia, el país ha estado varias veces al borde del precipicio, pero cada vez se ha levantado gracias a la Divina Providencia y a la mano maternal de Nuestra Señora Aparecida, patrona de la nación brasileña. Cuando leemos en los carteles «¡Mi bandera nunca será roja!», sabemos que las raíces más profundas de la nación, nacidas en 1500 con la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, no han desaparecido.
por Julio Loredo
Notas
[1] Rodolfo Costa, “Vitorioso nas urnas, PL de Bolsonaro projeta futuro como o maior partido de direita do país”, Gazeta do Povo, 5-10-22.
[2] Gabriel Sestrem, “Alexandre de Moraes atua como se fosse dono do país”, Gazeta do Povo, 23-08-2022.
[3] https://elpais.com/internacional/2022-10-03/vencer-al-bolsonarismo-va-a-ser-mucho-mas-dificil-de-lo-que-imaginabamos.html
[4] Shin Suzuki, “Eleições 2022: bolsonarismo atrai ‘Brasil profundo’ que está cada vez mais distante da esquerda, dizem pesquisadores”, BBC News Brasil, 4-10-22.
[5] Leandro Consentino, “A polarização dá o tom nas eleições de 2022, e Bolsonaro é o grande vitorioso”, InfoMoney, 3-10-22
[3] https://elpais.com/internacional/2022-10-03/vencer-al-bolsonarismo-va-a-ser-mucho-mas-dificil-de-lo-que-imaginabamos.html
[4] Shin Suzuki, «Eleições 2022: Bolsonarismo atrai ‘Brasil profundo’ que está cada vez mais lejos de esquerda, dizem pesquisadores», BBC News Brasil, 4-10-22.
[5] Leandro Consentino, «A polarização dá o tom nas eleições de 2022, and Bolsonaro é o grande vitorioso», InfoMoney, 10-3-22