Museo del comunismo

»La iniciativa inaugurada en Washington viene a reparar una antigua omisión».

Aunque el siglo XX vio el nacimiento de distintos movimientos totalitarios que dejaron profundas heridas allí donde se impusieron, poco se ha hecho por mantener viva la memoria de esas tiranías. Ahora, en Washington, y luego de una iniciativa que contó con el respaldo de los dos principales partidos políticos estadounidenses, se ha abierto el Museo de las Víctimas del Comunismo. En este se pretende mantener vivo el recuerdo de los graves atropellos que causaron cerca de 100 millones de muertos, según los estudios más serios e independientes. Estas arbitrariedades fueron igualmente abusivas que las provocadas por el nacionalsocialismo, el otro gran movimiento totalitario, que ocasionó la muerte de al menos 6 millones de personas, en su inmensa mayoría de origen judío y que hoy se recuerdan en distintos museos en todo el mundo. Pero la trágica historia que convulsionó a Rusia, China, Ucrania, Camboya y otros, no se ha preservado con igual interés, en parte porque la forma en que los nazis intentaron el exterminio de algunas “razas” fue aún más cruenta, mediante asesinatos por gas. Los comunistas utilizaron de preferencia el hambre, que no resulta en una forma de muerte más pacífica, pero hace más difícil identificar a quienes las perpetraron.

La revolución bolchevique es la primera que da origen a deportaciones masivas y limpiezas étnicas en el mundo moderno. Fueron deportadas millones de personas y como resultado de las prisiones en Siberia —el nefasto Archipiélago Gulag— murieron unos 20 millones. Las hambrunas causadas en Ucrania, el holodomor, acerca de cuyas causas aún se discute si fue solo el resultado de la intención criminal de doblegar a un pueblo o el resultado de planes de industrialización mal concebidos, provocaron otros millones de muertos y desaparecidos. Mao Zedong, en China, ocasionó aún más víctimas que Stalin, afirman los estudiosos.

Los crímenes no se produjeron con víctimas silenciosas, sino que hubo muchas revueltas aplastadas mediante armas militares. Junto a Hungría en 1956 o Checoslovaquia en 1968, hubo muchas otras escaramuzas violentas; una de las últimas, la matanza de Tiananmen, en Beijing, en 1989. Muchos de estos trágicos episodios quedan expuestos en el nuevo museo, que debiera educar respecto del significado de estos totalitarismos que buscaban la adhesión total, con manifestaciones de una profunda convicción de parte de sus seguidores. El que fallaba esta prueba y no satisfacía al hombre fuerte debía desaparecer. La mayoría de los miembros del Politburó soviético en tiempos de Stalin fueron ejecutados o desaparecieron.

Puede parecer increíble que aún subsistan partidos comunistas influyentes, si bien en muy pocos países. Pero también se mantiene por sus partidarios una actitud de reverencia por los peores dictadores, todo lo cual indica lo poco que se ha hecho por difundir la verdad de esos regímenes. El nuevo museo es una de las primeras iniciativas destinadas a reparar esa omisión.

https://www.elmercurio.com/blogs/2022/10/30/102497/museo-del-comunismo.aspx