Votar es un derecho y deber

Estimado radioyente:

Este Domingo 19 de diciembre, una semana antes de que celebremos la Fiesta de la Navidad, deberemos concurrir a elegir al próximo presidente de Chile.

A primera vista se diría que nada tiene que ver la elección de un presidente con la Fiesta de la Navidad. Una cosa es política y la otra religiosa, diría alguien no instruido en el asunto.

Sin embargo, la Iglesia católica nos enseña que nos es así. La venida de Nuestro Señor, que celebramos en la Navidad, es de una tal envergadura, que, a partir de su Natalicio en Belén, todas las acciones de los hombres deben ser iluminadas por sus enseñanzas y ejemplos, incluso la de concurrir a votar.

Tomemos un hecho que ocurrió pocos días después de la Navidad, un 28 de diciembre del año 0: la matanza de los Santos Inocentes, decretada por Herodes Antipas, para poder acabar con la posibilidad de tener a alguien que le hiciese sombra a su poder de reyezuelo de Judea.

Imagínese Ud. si Herodes hubiera sido un Jefe de Estado, electo democráticamente, y Ud. hubiese votado por él. ¿Cree que podría tener su conciencia tranquila a la hora de acercarse al Pesebre del Niño Dios?

Obviamente que no.

¿Cómo se puede compatibilizar la adoración al Niño Dios con el apoyo a quien mató a todos los niños de la misma edad, inocentes e indefensos?

¿Cómo hacerse cómplice de un Caín y conservar la amistad de Abel?

Todos estos problemas de conciencia deben iluminar el voto de los católicos en este fin de semana.

Para mejor comprenderlo, le transmitimos el texto una declaración de la Conferencia Episcopal Española para las elecciones generales habidas en esa nación hace algunos años atrás, pero que valen también para las nuestras de este fin de semana.

“Votar en las elecciones es un derecho que ejercer y un deber que cumplir de modo responsable. (…)

“Votar es un deber. Es comprensible que algunos se sientan inclinados a abstenerse de emitir su voto, cuando comprueban que ningún partido ofrece el programa que ellos desearían. Aunque ninguna de las ofertas políticas sea tampoco plenamente conforme con el ideal evangélico, ni siquiera con el ideal racional de un orden social cabalmente justo, sin embargo, unas lo son más y otras lo son menos. Es necesario hacer un esfuerzo y optar por el bien posible.

 

“Votar es un ejercicio de la caridad y de la solidaridad. Todos han de contribuir con su voto al bien común. Los cristianos sabemos que esta contribución la debemos a nuestra patria en virtud de la caridad, es decir, del amor que viene de Dios y nos impele a buscar el bien de todos y cada uno de nuestros prójimos, aun a costa de algunos posibles sacrificios personales (véase el Catecismo de la Iglesia católica, números 2239 y 2240).

 

“Ante las próximas elecciones, la conciencia cristiana ha de estar especialmente atenta al modo en que aquellos a quienes demos nuestro voto intentarán resolver cuestiones como las siguientes:

 

La tutela efectiva del derecho a la vida de cada ser humano desde su concepción hasta su muerte. La producción de embriones humanos y, en particular, su destinación premeditada a la investigación que los mata; el aborto procurado, en cualquiera de sus formas; y la eutanasia, son atentados contra el derecho a la vida, que dañan gravemente el bien común y que deben ser justamente prevenidos por las leyes. Declarar que tales acciones serían supuestos derechos civiles significa llamar bueno a lo que es malo, y es situarse en abierta contradicción con el derecho fundamental a la vida.

 

“- El apoyo claro y decidido a la familia, fundada en la unión indisoluble de vida y amor de una mujer y un varón, es decir, en el verdadero matrimonio. Un apoyo que habrá de expresarse en la facilitación del acceso a la vivienda, en particular a los jóvenes; en el reconocimiento –incluso económico– del trabajo doméstico; en los beneficios fiscales y de otro orden, con atención específica a las familias numerosas; en una legislación civil que no distorsione la verdadera identidad de la familia y del matrimonio, sino que la robustezca y que favorezca su estabilidad y su convivencia armónica.

 

“- El fomento de la calidad educativa en todos los centros de enseñanza y la garantía efectiva del derecho de los padres a elegir la educación que desean para sus hijos; garantía que exige un apoyo justo a los centros de iniciativa social y la regulación satisfactoria de la enseñanza religiosa escolar.

(….)

“- Soluciones a los retos de convivencia en el mundo actual guiadas por la búsqueda sincera de la paz y basadas en el respeto al derecho, nacional e internacional, y en el consecuente rechazo incondicional del terrorismo, así como en la promoción de la comprensión y de la solidaridad entre las culturas y los pueblos, especialmente, entre los diversos pueblos de España.

“Pidamos al Señor y a su Madre Santísima que ilumine a quienes vamos a votar para que lo hagamos de manera verdaderamente libre y responsable.

Hasta aquí los Obispos españoles.

Oigamos ahora las palabras del Obispo de  Orihuela, España, Monseñor José Ignacio Munilla, respecto a Herodes y al aborto

https://www.enticonfio.org/2018/12/28/santos-inocentes-el-aborto-herodes-contemporaneo/ minutos 1.5 a 3,5.

Como Ud. ve, estimado radioyente entre Herodes, el aborto y las elecciones de este fin de semana hay mucha más relación de lo que a primera vista aparece.

 

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